Con unos costes de producción más bajos, el 70 % de las importaciones textiles europeas vienen ahora de Asia. Al mismo tiempo, crecen las expectativas de sostenibilidad del consumidor. ¿Cómo pueden resolver esta situación los minoristas? ¿Es siquiera posible la trazabilidad en Asia?
La trazabilidad es un elemento clave para un minorista
Hasta hace poco, solo cuando se producían accidentes, como el de Rana Plaza en Bangladés en 2013, se hacían patentes las condiciones en las que se fabrican las prendas. Esto es ya cosa del pasado. A medida que los clientes se van volviendo más críticos y concienciados, exigen más transparencia y trazabilidad en la industria de la moda.
Según un estudio de McKinsey de 2020, el 66 % de los compradores consideran ahora la sostenibilidad uno de los factores clave a la hora de seleccionar qué marca de moda comprar. En los próximos años, para ganarse la confianza de sus clientes, un minorista tendrá que demostrar que sus productos no son perjudícales ni para las personas ni para el planeta. Su reputación, es decir, su activo más valioso, dependerá de ello.
Algunas mejoras, pero un largo camino que recorrer en Asia
Precisamente a causa de tragedias como la de Rana Plaza, la industria textil toma medidas. Algunas marcas empezaron a comprobar la procedencia de sus fibras, gracias a la tecnología blockchain o a los biomarcadores, por ejemplo. Pero, dada la complejidad de la cadena de suministro y el uso masivo de subcontrataciones en Asia, el proceso sigue siendo complicado.
Apenas una de cada cinco empresas de ropa tiene en la actualidad una visión clara de su cadena de suministro completa*. Sin embargo, solo sabiendo dónde y en qué condiciones se produce su ropa es posible mejorar el impacto social y medioambiental de sus productos. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) recomienda una participación activa de todas las partes interesadas para garantizar unas prendas sostenibles.
* KPMG China
¿Evitar el aprovisionamiento en Asia?
Es una pregunta legítima. Los productos deben seguir en Europa una reglamentación estricta. En Asia, por otra parte, no existe este marco. La trazabilidad parece aún casi imposible, salvo disponiendo de equipos locales propios y limitándose a un número reducido de socios de confianza.
¿Es este su caso? Entonces, adelante; se beneficiará de precios atractivos y ofrecerá a sus clientes productos acordes a sus valores. Si no es así, absténgase o únase a un socio como B&C para tener acceso a lo mejor de los dos mundos: productos de calidad obtenidos en Asia, pero facturados en euros y disponibles en 48 horas.